miércoles, 9 de abril de 2008

TERAPIA SEXUAL EN EL TANTRA YOGA

13º Congreso Mundial de Sexología. Valencia. Junio 1.997.


A. AYUSO VIVANCOS.

Licenciado en Psicología por la Universidad de Murcia. Maestría en Sexualidad Humana por el Instituto Spill de Valencia. Profesor de Yoga por la G. F. U. de México.

Alicante. España. Teléfono 607 534301


El Tantra Yoga sería una de las principales ramas de que se compone Yoga Hindú (RAYNAUD, 1.978). Se podría considerar como un basto y antiguo sistema de rituales y técnicas prácticas que utilizan la energía creativa de la pasión sexual como medio para trascender la conciencia habitual que tenemos sobre nosotros mismos y sobre el mundo. Por tanto, el Tantra Yoga, como todas las ramas del Yoga, tendría el objetivo del desarrollo transpersonal del ser humano (SARASWATI Y AVINASHA, 1.994).

Dentro de las prácticas del Tantra Yoga habría una parte importante dedicada a la terapia sexual, la cual fue entendida, por una parte, como preparación física y psicológica para la unión sexual (Maithuna), y por otra, como parte del ritual sexual en su fase previa a la cópula (juegos amorosos).

Una de las principales disfunciones sexuales que tuvieron tratamiento en la tradición oriental del Tantra Yoga fue los miedos y frustraciones relacionados con el sexo. Muchas parejas experimentan sensaciones súbitas e inexpresables de pérdida o temor al realizar la unión sexual de una manera especialmente apasionada. Esto puede evitarse mediante una simple protección psíquica, la cual puede ponerse en práctica de varias maneras.

En el Tantra, todo acto amoroso debería ir acompañado del establecimiento de un campo de protección psíquica, que resultaría ideal para los juegos previos. Esta protección a ambos miembros de la pareja sería una parte imprescindible del entrenamiento tántrico y produciría el efecto de invulnerabilidad y de confianza en sí misma.

Las técnicas para la protección psíquica tendrían el principio fundamental en la concentración de la consciencia en las diferentes partes del cuerpo físico. Mediante un acto de voluntad, ligado al tacto ligero de las partes y aberturas del cuerpo con las yemas de los dedos o con la boca, y en un orden predeterminado, se visualizan las distintas partes que se tocan con la intención de sellar, precintar o proteger. Se denomina Nyasa al contacto con las partes del cuerpo antes o durante el acto sexual (DOUGLAS Y SLINGER, 1.987).

El ritual del Nyasa que significa “colocación” podría ser acompañado de algunas palabras (mamtrams) mientras se produce la visualización, con el fin de facilitar la concentración de la mente. Este ritual provocaría un despertar ordenado de la consciencia de todo el cuerpo. Las partes identificadas en el ritual corresponden a las zonas erógenas.

Las diferentes tradiciones proponen diversos órdenes para tocar las partes del cuerpo. Unas aconsejan empezar por los pies y subir hacia la cabeza, algunas proponen iniciar el contacto en la cabeza e ir tocando las diferentes partes del cuerpo hasta llegar a los pies. Otras tradiciones sugieren que se empiece por el pié derecho hasta alcanzar la parte superior de la cabeza y, luego, invertir el procedimiento hasta llegar a los dedos del pié izquierdo. El orden típico lo encontramos en el MAHANIRVANA TANTRA, obra reciente de la India: parte superior de la cabeza, frente, ojos, oídos, lóbulos de las orejas, orificios de la nariz, mejillas, labios, dientes, mentón, cuello, yemas de los dedos, palmas de las manos, muñecas, brazos y antebrazos, hombros, pecho, región del corazón, ombligo, muslos, rodillas, empeines, dedos de los pies y, finalmente, el órgano sexual.
Hay que señalar que es la actitud mental y no el simple acto de tocar lo que da la protección psíquica. La danza puede ser otra forma de protección psíquica, en su aspecto dinámico y en su aspecto estático (con movimientos circulares de los brazos y de las manos), la cual ha sido utilizada por muchas culturas.

Los besos, rasguños, abrazos y los mordiscos serían otras tantas técnicas, que se citan con todo detalle en el KAMA SUTRA Y ANANGA RANGA (1.991); las cuales tendrían el objetivo de dar mayor intimidad y aumentar la potencia sexual de los amantes.

La respiración ventral consistiría en adoptar la posición fetal, almacenando pequeñas cantidades de aire en la región del abdomen, mientras se imagina que la nutrición penetra a través de la región umbilical. Este tipo de respiración sería vitalizadora y ayudaría a la liberación de bloqueos psíquicos.

El enfrentar las fantasías sexuales en un trabajo de encuentro entra dentro de la actitud tántrica, la cual acepta todo lo que llevamos dentro, incluyendo lo que normalmente reprimimos o mantenemos en secreto. Compartir las fantasías sexuales podría resultar una experiencia tonificante, incluso puede proporcionarnos más placer y más emoción en la vida sexual (ANAND, 1.990, 88). “La relación sexual se compone de fricciones y fantasías” (KAPLAN). “La fantasía sexual puede ser la poesía de la vida sexual” (KITZINGER).

La práctica en pareja de algunas posturas (asanas) del Hatha Yoga podría movilizar la energía general del organismo, facilitando el deseo emocional, y convirtiéndose pronto en un acto amoroso a falta de dirección de la energía despertada hacia el plano sexual. Las asanas sirven para desinhibir, desbloquear y facilitar el acercamiento emocional de la pareja. En estas posturas se combina la respiración, el tacto, el movimiento y el contacto visual. Además, pueden ser consideradas como posturas sexuales.

El masaje sensitivo y el enfrentamieno a la desnudez del cuerpo en pareja, son técnicas dinámicas para la disolución de miedos y frustraciones relacionados con el sexo. Esta técnica es algo más que una relajación. Podría ser una meditación que permite una comunicación especial en el sentido del tacto entre los dos miembros de la pareja. Quien da el masaje no se limita a reproducir una serie de movimientos que ha aprendido, pues mediante la presencia en el acto que está realizando transmite, a través de sus manos, afecto, emociones y amor, lo cual produce el efecto de relajación en el cuerpo.

Los textos tántricos se refieren con amplitud a la retención del semen y el control consciente de la eyaculación. Para ello se recurre a varias técnicas: tres psicológicas y tres fisiológicas, las cuales pueden ser entre sí complementarias. Todas ellas se basan en el conocimiento de la relación existente entre respiración, pensamiento y semen. Puesto que la sexualidad, desde el punto de vista del Yoga presupone un completo conocimiento práctico del control de la respiración (pranayama) y de la meditación, no es de extrañar que en sus textos escaseen las descripciones de métodos externos específicos. A pesar de ésto presenta gran importancia el control del esfínter anal, que, al ser perfeccionado, logra el mismo efecto que apretar la zona entre el escroto y el ano. El control del esfínter anal es una técnica de Kundalinî Yoga, que consiste en apretar repetidas veces los músculos que rodean el ano. El control del esfínter anal es conocido por el término mula bandha.

Otras técnicas de retraso de la eyaculación serían:
a) Las asanas de Yoga. Ciertas posturas sexuales de Yoga estimulan el proceso de retención.
b) La repetición de mamtrams.
c) Las meditaciones visualizadas son muy eficaces para estabilizar la respiración, el pensamiento y el semen.
d) El movimiento de los ojos, combinado con respiración, mudras y bandhas.
e) Presión del Punto G masculino o chakra base, el cual se sitúa entre el ano y la raíz del pene (CHANG, 1.992).
f) Tirar de los testículos.
En el Tantra se habla del orgasmo interno u orgasmo sin eyaculación. Antes de alcanzar el punto sin retorno, presionamos profunda y firmemente el perineo. Al encontrar el punto preciso, notaremos muy poca resistencia, ya que hay una pequeña muesca. Si presionamos exactamente en este punto antes de eyacular, evitaremos la emisión de semen, disfrutando de las sensaciones placenteras del bombeo de la próstata que se da en el orgasmo normal. De esta forma el varón puede experimentar múltiples orgasmos. A cada orgasmo no le sigue un período refractario (o de recuperación), por ello la erección se puede mantener. Esto facilita la satisfacción sexual de la mujer (CASTLEMAN y CHANG). Esta técnica también permitiría al varón tener varios orgasmos continuados.


TEXTOS Y AUTORES MENCIONADOS:

ANAND, M, (1.990): La senda del éxtasis. El arte de la sexualidad sublime, Martínez Roca, Barcelona.
ANONIMO, (1.991): Kama Sutra y Ananga Ranga, Plaza & Janés, Barcelona.
CASTLEMAN, M: Sexual Solutions.
CHANG, J,(1.992): El Tao del amor y del sexo, Plaza & Janés, Barcelona.
CHANG, S,: The Tao of Sexology.
DOUGLAS, N y SLINGER, P, (1.987): Secretos sexuales. La alquimia del éxtasis: el arte amatorio de las civilizaciones más exquisitas, Martínez Roca, Barcelona.
KAPLAN, H, (1.978): La nueva terapia sexual, Alianza Editorial, Madrid.
KITZINGER, S,: Woman´s Experience of Sex.
MAHANIRVANA TANTRA.
RAYNAUD, S, (1.978): Yug, Yoga, Yoguismo, Dyana, México.
SARASWATI, S y AVINASHA, B, (1.994): La práctica de la sexualidad sagrada, Edaf, Madrid.

No hay comentarios: